Máxima:


"Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así... no dosifiques los placeres, si puedes, derróchalos. Si la rutina te aplasta dile que ya basta de mediocridad, hoy puede ser un gran día date una oportunidad... Pelea por lo que quieres y no desesperes si algo no anda bien. Hoy puede ser un gran día, !y mañana también!" Joan Manuel Serrat

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01 noviembre, 2010

Los imprudentes

Seguro se los ha tropezado en alguna ocasión. Pueden herir susceptibilidades, causar disgustos y peleas. Pero su comportamiento tiene cura y está en ellos mismos conseguirla.   A todos nos  ha tocado conocer a uno en algún momento. En la oficina, en la casa o en alguna reunión de amigos. Están ahí, con esa frase fuera de lugar o con una expresión que puede dejar desencajado a cualquiera. Los imprudentes aparecen de repente, pero nunca pasan inadvertidos.  ¿Conoce usted a personas imprudentes? ¿Lo es usted? ¿Todos temen a las personas imprudentes?  ¿Se nace siendo imprudente? ¿Cómo enseñar prudencia? ¿La prudencia es una virtud rara de encontrar?   De imprudentes estamos hablando ya. Cuente esa anécdota de cuando fue imprudente o de cuando un imprudente acabó con usted…

Desarrollo
Casos de imprudencia sobran. En las reuniones de trabajo, con el nuevo jefe, con la novia del amigo o con la amiga que le acaban de presentar. Los imprudentes pueden ocasionar conflictos, herir susceptibilidades o generar discusiones. Pero ¿la imprudencia es una conducta que nace con nosotros o se forma en el camino?
Varios a psicólogos coinciden en que es parte de la formación de la persona, de los malos hábitos adquiridos a través de la educación que ha recibido.    Y no es que esté en los genes ser imprudente, pero en algunas familias puede darse con más frecuencia por el mismo hábito que han adquirido entre ellos.    Para otros especialistas  la imprudencia es un signo de inmadurez.  El niño pequeño es imprudente, no tiene control de lo que dice o hace, pero a medida que uno crece adquiere este control.    En los adultos imprudentes también puede originarse porque no han desarrollado una función adecuada del lóbulo frontal del cerebro.   Este es el que maneja las funciones ejecutivas del cerebro, las que hacen posible el autodominio y el autocontrol en los seres humanos.   Cuando tiene un lóbulo frontal inmaduro es difícil que sea pertinente en lo que hace. Quienes presentan este déficit suelen ser por un lado apáticos, inhibidos o, por el contrario, desinhibidos, impulsivos, poco considerados. O simplemente imprudentes.      O sea, que en cierta forma la imprudencia tiene relación con la madurez, pero la educación es clave para evitarla. 

¿Qué es la imprudencia? 

La imprudencia es la incapacidad de prever las consecuencias que nuestras palabras ó nuestros actos pueden tener en el mundo que nos rodea.  Somos imprudentes cuando hablamos sin pensar ó sin conocer a fondo un problemas, también cuando no sabemos refrenar nuestra lengua y revelamos los secretos que nos confían.    La indiscreción, la falta de tacto, son un típico producto de la imprudencia en el trato humano, y suelen herir profundamente u ofender innecesariamente a las personas afectadas.     La imprudencia es igualmente la principal causa de la mayoría de los accidentes que tienen lugar en las calles, carreteras y en el mundo del trabajo en general.    Trágico ejemplo de lo anterior son los conductores que no respetan las señales de tránsito (la luz roja ), ó los trabajadores que realizan labores peligrosas en malas condiciones de seguridad.         Una persona imprudente puede ocasionar la muerte de otra u otras sin quererlo, y convertirse en criminal a pesar suyo. A tal punto llega el daño que la imprudencia puede causar.   Los imprudentes son.....irreflexivos, descuidados, indiscretos, incautos, torpes, peligrosos. ¿Tiene cerca usted a alguno ahora mismo?
 

¿Qué es la prudencia?

Y como estamos hablando de imprudencia, no podemos olvidar a su contrario: la prudencia. Prudencia, del latín prudentia, es una de las cuatro virtudes cardinales, que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno ó malo, para seguirlo ó huir de ello.  Es sinónimo de templanza, cautela, moderación… de sensatez y buen juicio.   Los prudentes son.....precavidos, moderados, respetuosos, sensatos, responsables, cuidadosos.   La prudencia es la virtud que nos impide comportarnos de manera ciega e irreflexiva en las múltiples situaciones que debemos sortear en la vida.      Una persona prudente se caracteriza por su cautela, que es resultado del alto valor que le da a su propia vida, a la de los demás, y en general a todas las cosas que vale la pena proteger.  Una persona prudente nunca se atrevería a poner en riesgo su bienestar ó el de sus seres queridos, lo mismo que su salud, su seguridad ó su estabilidad.      Ser prudentes significa ser precavidos, es decir tener conciencia de los múltiples peligros, inconvenientes e imprevistos de todas clases que nos acechan por doquier, y anticiparse a ellos sin alarma ni pánico, guiados tan sólo por un sano y legítimo instinto de conservación.     Las personas prudentes se reconocen también porque saben cuándo hablar y cuándo callar, y cuando actuar ó abstenerse de actuar.   Tal sentido de la moderación y el equilibrio es uno de los legados más valiosos que heredamos de los filósofos antiguos, para quienes la prudencia era la más auténtica expresión de la sabiduría natural de la vida.      La prudencia es una de esas virtudes de las que apenas se habla y que, sin embargo, resulta ser una clave en el dificilísimo arte de ordenarnos rectamente en nuestra relación con el prójimo. No nacemos prudentes, pero debemos hacernos prudentes por el ejercicio de la virtud.

Conclusiones
 
¿Tiene cura la imprudencia?  Por supuesto. Hacerle saber al imprudente lo que ocasionó con su expresión o su accionar es uno de los primeros pasos para ayudarlo en el control de sus actos.   Luego, es necesario que mire las situaciones desde la perspectiva del otro, para que aprenda a ser sensible con los sentimientos de los demás.   Los imprudentes deben pensar un poco en cómo está la persona que va a recibir el mensaje y qué utilidad tiene escucharlo.            Ahora sí, los especialistas aseguran que la única persona que puede cambiar las actitudes negativas es uno mismo, tomando conciencia del otro, replanteando y reprogramando nuestras acciones.      Los padres y las personas cercanas pueden ayudar también corrigiendo al niño, al joven o al adulto desde el momento en que comete la imprudencia. El problema en algunos casos es que si suena gracioso se festeja y la persona puede pensar que es divertido, cuando realmente es imprudente.    No siempre hay que abrir la boca, hay que aprender a callar, esa es una señal de madurez. Y esa es la principal arma contra la imprudencia. Así que si no quiere dejar de lado a ese familiar o amigo por miedo a sus metidas de pata, mejor hágale saber que retomar la prudencia está solo en él.
En fin, que para ser prudentes:
- Evitemos tomar al pie de la letra todo lo que leemos ó lo que oímos.
- Tratemos siempre de pensar antes de actuar.
- Seamos discretos.
- Tomemos como regla el no hablar más de la cuenta en ninguna circunstancia.


 Terapia

LA PIEDRA

El distraído, tropezó con ella
El violento, la usó como proyectil
El emprendedor, la usó para construir
El campesino, cansado, la usó como asiento
El niño, la usó como juguete

Drummond, la usó como inspiración
David, la usó para matar a Goliat
Y Miguel Ángel, sacó de ella una bella escultura

En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre.

No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.

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