Ser amantes después del divorcio

Hoy hablaremos de un tema tabú que pocos confiesan: seguir manteniendo relaciones sexuales con la pareja de la que se acaban de separar. ¿Tiene algo de malo? Juntos estaremos buscando pautas para pensarlo mejor.      El proceso de divorcio o separación terminó y te das cuenta que no es nada fácil iniciar una nueva relación. Tuviste múltiples citas que no resultaron y por un momento piensas que no podrás ser feliz de nuevo.   Entonces te encuentras con tu ex, que tampoco ha encontrado a nadie, y como todavía se gustan, se van a la cama.  Y como el problema no fue sexual, sino de convivencia, de celos, de incompatibilidad de caracteres o de infidelidad, el sexo sigue funcionando a las mil maravillas.   Y mientras no encuentran un candidato o candidata nueva para enamorarse, continúan encontrándose, sin compromiso… ¿Le ha sucedido? ¿Es sano seguir manteniendo relaciones sexuales con la pareja de cual acaban de separarse?    ¿Esto no hace más doloroso el proceso de separación?   ¿Se faltan al respeto las personas que lo hacen?  ¿Conoce mujeres que después de ser esposas pasan a ser amantes y son más felices?

El siglo 21 nos encuentra con un dramático cambio en las relaciones humanas. El modelo de familia típica está en extinción, y entre las nuevas relaciones, se cuentan los casos de parejas que, una vez separadas, siguen manteniendo un vínculo sexual.         Y esta es una verdad de la que pocos hablan. Parejas en proceso de separación o separadas que continúan manteniendo relaciones sexuales.  Sucede que en muchos casos, la separación afectiva no es acompañada de una separación sexual. Muchos piensan que, si pueden seguir gozando el sexo tan intensamente como cuando convivían en pareja, y su ex mantiene la misma política, no debería haber nada malo con continuar la relación en su faceta sexual.                De lo que hablamos hoy, es de parejas que han tenido el coraje de finalizar una relación que no los hacía sentir plenos. Esta decisión, por supuesto, es un paso adelante al compararla con parejas que se mantienen juntas sólo por rutina o por su vida sexual, aún cuando el amor ya se haya perdido.   Pero muchas parejas que se han divorciado, no obstante, no pueden todavía aceptar una vida sin sexo, o sin el sexo que tanto disfrutaban junto a su ex.     Pero, les vuelvo a preguntar: ¿Es realmente correcto mantener este tipo de actitud? ¿O acaso estamos hablando de una conducta patológica?   ¿Debería dejar de experimentar placer por ciertas convenciones? ¿O se trata de una acción que se suele desaconsejar por ser dañina emocionalmente? Por último… ¿Cuándo se supone que este tipo de relación debería finalizar? 

¿Sigues enamorado de tu ex?

Hay varias cosas que hay que saber si usted está pasando por una situación parecida. Estas son unas reglas que no fallan para saber si uno sigue “enganchado” emocionalmente a la ex pareja:

• Pensar obsesivamente en la persona perdida.
• Hablar constantemente de ella.
• Hablar acaparadoramente con nuestra ex-pareja cuando se coincide en una reunión.
• Dejar asuntos sin concluir (se demora el devolver cosas o el ir a recogerlas).
• Mantener relaciones sexuales con la ex-pareja o pensar en ella cuando las mantenemos con otras personas.
• Compararla continuamente con las personas de su sexo. 
• Llamarle ofreciendo cualquier disculpa, incluyendo el pedir consejo.
• Mantener un vínculo económico pudiendo ser evitado.
• Desear que nos vea con una nueva pareja (y cuanto más atractiva mejor). 

Si usted dijo sí a la mayoría, debe encontrar pronto la razón por la que se separaron y ponerla en una balanza con lo que usted siente todavía por su ex, porque evidentemente sigue enamorado o enamorada.

Conclusiones


¿Es bueno o malo seguir manteniendo relaciones sexuales con tu ex? Lo cierto es que nadie tiene la última palabra sobre las relaciones humanas. Para algunos, puede haber divorcio afectivo pero no sexual. Para otros, lo que realmente no se habrá separado es el vínculo afectivo, por lo que el sexo será una forma de mantenerlo incluso después de la separación.            Los más pragmáticos, afirman que el único cambio es el del espacio físico, pues de hecho mantienen la pareja, pero viviendo en casas separadas. La pregunta, en cualquier caso, vuelve a ser la misma ¿En qué punto se puede hablar, entonces, de divorcio o separación si se siguen acostando?   Los especialistas afirman que a ellos llegan personas que dicen tener sexo con sus parejas hasta incluso después de tres años de separados.   En estos casos, ambos miembros de la pareja suelen mantener relaciones con terceros, pero no por ello dejan de tenerlas con sus ex. No es lo más común, pero sucede.    Lo que también puede suceder, según los especialistas, es que exista un temor por parte de ambos de quedar solos, o bien de ver que su pareja rehizo su vida. Así, antes que quedarse solos prefieren seguir manteniendo relaciones con su ex.      Incluso, en muchas oportunidades parece mucho más seguro y cómodo que quedarse completamente solos y salir nuevamente -ya en una edad no tan juvenil- a la verdadera montaña rusa que significa llenar sus necesidades sexuales, en tiempos de Sida y de abundancia delictiva.      También, podría darse el caso de que mucho del enojo y la angustia que provocan los divorcios, pueda ser por lo menos aliviado mediante la seguridad de mantener un constante y seguro sexo, que además está prontamente disponible. ¿A usted qué le parece? La respuesta se las dejo de tarea. Por lo pronto debemos concluir que no somos dioses para juzgar a nadie, y que como cada persona es un mundo debe vivir sus separaciones, sus uniones y su vida sexual como mejor les parezca. Lo importante es tener cuidado de no dañar a nadie. 

Terapia 

Un deseo

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de
olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser sin desesperar.
Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso
malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que
por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.
Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea
justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.
Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los
que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con
los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que
haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo que siendo joven no madures demasiado
deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es
necesario dejar que influyan en nosotros.
Te deseo de paso que estés triste, no todo el año,
sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.
Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto
matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.
Deseo también que plantes una semilla, por más
minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.
Te deseo, además, que tengas dinero, porque es
necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y
digas:
"Esto es mío", sólo para que quede claro quien es el dueño de quien.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno, puedas llorar sin
lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena
mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando estén
exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para
recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

(Víctor Hugo)